Gravísimos hechos ocurridos ayer en Leganés. El arranque de las fiestas de San Nicasio acabó en batalla campal. Llevamos años diciendo que no todo vale.
Vamos por partes. Primero queremos apoyar el derecho constitucional a una vivienda digna de todos los vecinos de Leganés y de todos los ciudadanos de España. La crisis está provocando la ruina de familias y la multiplicación de los “sin techo”. Es indignante. Pero si la Comunidad de Madrid quiere vender determinadas viviendas sociales, y la Ley se lo permite, y además asegura que se respetarán los contratos de alquiler de dichas viviendas, ello no puede servir de excusa para intentar montar una “revolución” en el recinto ferial que podría haber terminado de manera dantesca.
“Se aseguraran los contratos de alquiler”, comentó el Alcalde. “No nos basta, los queremos asegurados por cien años o más…”, decían los promotores de las concentraciones. Es casi como señalar “me da igual lo que digas porque la vamos a liar”.
Precisamente ayer indicábamos a los responsables de Izquierda Unida y Partido Comunista en Leganés que respetaran el derecho de los vecinos a unas fiestas en paz. Y en una Red Social leemos: “Buena reunión de @IULeganes con Izquierda Anticapitalista para hacer propuestas para Leganés desde la izquierda. Seguiremos las reuniones”.
Izquierda Anticapitalista es una organización que se define como “revolucionaria, anticapitalista, internacionalista, alternativa, feminista, ecologista y que se esfuerza por impulsar las luchas contra toda forma de explotación, opresión y dominación sobre las personas y la naturaleza”. ¿Interesa a Rubén Bejarano y Raúl Calle este acercamiento al extremo? Muchos votamos a la izquierda, pero a una izquierda moderada y moderna, no que haga bandera de argumentos más propios de una organización radical. ¿Así quieren reconducir el ocaso de Izquierda Unida en Leganés? Grave y retorcido error.
Ya dijimos que el PSOE de Leganés y su líder y candidato, Gómez Montoya, parece que han optado por la técnica de no hacer nada y recuperar la Alcaldía por la vía del “fruto del árbol maduro”. Muchos votantes esperamos una reacción recapacitada y consecuente a los graves hechos ocurridos ayer. Nos la deben.
Más errores. Tras lo ocurrido en el pregón (y que será objeto de investigación policial y judicial, e incluso política), Carlos Delgado habló de “practicas del nazismo (sic) del Gobierno de Leganés del PP”.
¿Nazismo? ¿Pero sabe Usted la barbaridad que ha expuesto? ¿Está afirmando que presuntamente Jesús Gómez utiliza técnicas nazis en el ejercicio de su labor como Alcalde? Error, muy grave error, Don Carlos, que exige, creemos, una rectificación y disculpa sin ningún género de dudas.
Basta de darle vueltas: si tanto Carlos Delgado como ULEG están hartos de Jesús Gómez como Alcalde, usen el “arma democrática” de la moción de censura y dejen de marear la perdiz. Pero, claro, para eso hay que “retratarse”. Rectifique, Señor Delgado, y haga lo que deba hacer, sin miramientos.
¿Tenían los promotores de la concentración permiso de la Delegación del Gobierno para hacerla? Nuestra normativa lo exige. Ayer se pudieron cometer muchos delitos, que serán visados y juzgados por quien corresponda. Pero, en un Estado democrático y de Derecho, no se puede intentar amedrentar a una organización política mediante el acoso de los asistentes a su caseta ferial. Es bochornoso.
Defendemos a la Policía y la labor del resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los excesos, que se sancionen, pero los delitos, que se castiguen.
Por último, referencia a unos indeseables que intentan, sin conseguirlo, amordazar nuestra libertad de expresión:
- José Cortes (@classwarspain) escribió: “eres un desgraciado, hijo puta. Muerete troll de mierda” (sic).
- Starless (@StarlessCrimson) escribió: “Que va, nosotros AUN no hemos empezado a repartir... por cierto .. somos más ;) No, es un consejo, yo no amenazo, yo actuo”.
Sólo tres palabras: No tenemos miedo.
“Vuestro miedo exige al mundo
batallones de murallas,
barreras de plomo a orillas
de precipicios y zanjas
para nuestra pobre vida,
mezquina de sangre y ansias”.
Miguel Hernández
